Reseña: El temor de un hombre sabio, de Patrick Rothfuss

El temor de un hombre sabio
Crónicas del asesino de reyes 02
Patrick Rothfuss
Plaza & Janes /2011
1200 páginas

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Todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable. El segundo día de la historia de Kvothe, la esperada continuación de El nombre del viento, de Patrick Rothfuss.

Amanece en la posada Roca de Guía. Es el segundo día, y un hombre se dispone a proseguir el relato de su vida. Su verdadera historia, la que únicamente él conoce, alejada de la leyenda que le han forjado los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que han acabado convirtiéndole en un personaje mítico: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino. El nombre del viento, el primer día de la historia de Kvothe, se ha convertido en un fenómeno apoyado por lectores, libreros y crítica, que recomiendan esta excepcional novela. Ahora la historia sigue en El temor de un hombre sabio, y a aquellos que ansiaban leer esta continuación sólo podemos decirles que la espera ha valido la pena.

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En esta semana (que estoy algo más ocupado de lo habitual), no quiero dejar el blog sin una nueva reseña, así que he rescatado (una vez más) una de mis lecturas pasadas que de todos modos viene muy bien, ya que hablo de la segunda parte de El nombre del viento (reseña aquí), y así nos ponemos al día con esta saga, a la espera de ver qué nos depara el final de la trilogía (que dicho sea de paso, aún sigue sin fecha, ¡no puede ser!).

Comenzamos pues, con mi opinión sobre la segunda parte de la historia protagonizada por Kvothe, nuestro (anti?) héroe, que de nuevo, le narrará al cronista, la siguiente tanda de líos y aventuras durante el segundo día de su estancia en la taberna. De entrada, puedo deciros que ese famoso dicho “Segundas partes nunca fueron buenas” en este caso es una mentira a medias. ¿Es buena esta continuación? Mi respuesta es un rotundo "sí", pero bajo mi punto de vista, está por debajo de la (casi) perfecta primera parte, que a me fascinó. Ahora intentaré explicar mis motivos.

En esta ocasión, volvemos a encontrarnos con una narración y un estilo muy preciso, elaborado, pero me ha llamado la atención, que al contrario que pasaba con la primera parte, he notado que ha faltado pulir un poco más la prosa, hablo del acabado tan minucioso y medido que disfrutamos en su anterior entrega, que en esta continuación, sigue estando, pero con un nivel inferior, como si realmente no se le hubiese dado tanto mimo a las palabras. Quizás el motivo sea lo extensa que ha quedado esta segunda parte, pero evidentemente no es algo que le reste mucho valor al conjunto (no deja de ser un detalle que le sitúa un escalón por debajo de su antecesor).

Cuenta con 1200 páginas, y sin vacilar puedo decir que le sobran en torno a 200 o incluso más, sin que peligre el eje del argumento que se presenta. El desarrollo sigue las pautas del anterior, deteniéndose con precisión (casi siempre) y detalle en partes concretas y en más de una ocasión, me ha dado la sensación de ser completamente innecesario (¿Alguien ha hablado de Felurian?) y mucho menos, que ocupen tantas páginas. Cambiando de tercio, algo que si me ha gustado mucho, es lo que vemos en el presente de la historia, mostrándonos algunos secretos y misterios sobre el actual Kvothe y ese estupendo Bast, que es todo un personaje, dejándonos disfrutar de más de estos momentos que en el anterior libro. Son pequeños momentos que sin duda rebosan interés por los cuatro costados, a veces incluso sentiremos que tendría que haber más pausas en sus relatos para conocer mejor al actual chico pelirrojo.

hablando de los personajes, otro punto positivo es que conoceremos mejor (en ciertas partes del libro) a sus compañeros de universidad. Son muy variados, para todos los gustos y siempre cuidados al detalle, sin duda uno de los fuertes de la historia. Tendremos personajes nuevos, que cobrarán importancia con el paso del tiempo y luego veremos otros que repiten para aparecer de forma aleatoria. 

Mención aparte merece la historia de amor que está presente en casi todo momento, pues en este libro, tendremos la sensación de que no se avanza y solo es un lastre para la historia en sí, que se estanca en cientos de páginas para luego volver atrás, algo que me ha dejado una sensación extraña, de que el ritmo no ha sido tan acertado como podía esperar.

Esos aspectos, de altibajos en el ritmo y la sensación de poco avance o de poco peso trascendental en grandes secciones, son los puntos que en esta segunda parte encontraremos más "cogidos con pinzas", pero sin duda, la narración evocadora y rica en detalles y en definitiva, seguir creciendo y aprendiendo con el joven Kvothe justifican, y mucho, su lectura. Porque se podría decir que el problema ha sido compararlo con su primera parte, y esperar más y mejor si cabe, y no era nada fácil. Como digo, aunque un escalón por debajo, esta segunda parte mantiene un nivel más que notable y sigue siendo de los mejor del género hoy día. ¿Lo habéis leído? ¿Qué opináis?